Afrodita

 Origen

Surgió del mar cuando cayeron en él los órganos sexuales seccionados de Urano por Cronos (de donde también nacieron los Gigantes).

Flotando, llegó a la isla de Chipre donde fue recibida por las Horas, quienes la llevaron al Olimpo acompañada de Eros e Himeros.

Otra versión la hace hija de Zeus y Dione, pero también surge de las ondas del mar cerca de Chipre.

Como Afrodita Urania, es la protectora de las uniones legítimas, pero como Afrodita Pandemos es fomentadora del instinto sexual.



Características

  • Vanidosa
  • Diosa independiente
  • No sufría de dependencia emocional
  • Tiene caracter centrado y receptivo
  • Esta diosa es la equivalente a Venus en la cultura Romana
  • Velaba por el bienestar de sus devotos seguidores
Familia

La diosa nació cuando Cronos castró a su padre Urano (Ouranos) con una hoz y lanzó los genitales al oceano, de donde Afrodita surgió de la espuma (afros). En otras versiones, es la hija de Zeus y Dione, la Titán.

Muerte de Afrodita

Una de las tantas versiones dice que la muerte fue culpa de Ares, que estaba celoso de Adonis por sus amores con Afrodita. Adonis era la imagen de la primavera, la cual estaba personificada en un joven de gran belleza que ala diosa.

Mito

Según lo que dice el mito de Afrodita y Ares, cuando el dios de la guerra se encontró con la diosa de la belleza, se enamoró  perdidamente. A diferencia de lo que hacía con sus otras amantes, decidió cortejarla, hasta que Afrodita le correspondió plenamente.

Hefesto, su esposo, pasaba todas las noches en su taller de forja. Entonces, los dos amantes aprovechaban esta situación para amarse hasta el amanecer. A Ares siempre le acompañaba un joven llamado Alectrión. Él se quedaba vigilando la puerta. Su misión era avisarles en qué momento aparecía Helios, el Sol, en el horizonte. Helios todo lo veía y ellos debían mantener su romance en secreto.

Para los griegos, cualquier dios o diosa podía tener todo tipo de relaciones con quien quisiera. Lo que no estaba permitido era tener un solo amante y mantenerlo, es decir, una infidelidad formal. La relación que sostenían Afrodita y Ares era precisamente eso.

Incluso, Hefesto sabía de los encuentros  de su esposa con otros, casi siempre mortales, y nunca le preocuparon porque, siendo como Afrodita la diosa del deseo, lo tomaba como parte de su quehacer divino.




Comentarios